El Manneken Pis y su «familia»

Si vais a Bruselas es visita obligatoria el Manneken Pis, uno de los símbolos de la ciudad. Pero la «familia» ha aumentado y también la tenemos en la capital belga. Merece la pena acercarse a ver a todos sus miembros. La hay para todos los gustos.

Para el que aún no conozca al Maneken Pis, es un singular niño de 50 cm que está desnudo haciendo pipí en una fuente. De hecho, Manneken Pis quiere decir en belga literalmete «el niño que mea». Se encuentra situado muy cerca de la famosa Grand Place belga.

Pero, ¿de dónde sale la idea de esta singular fuente? Con el paso de los años se han creado cientos de leyendas sobre el Manneken Pis. Una de las leyendas cuenta que hace mucho tiempo Bruselas fue sitiada, ofreciendo la ciudad una fuerte resistencia a sus sitiadores. Al no poder tomarla, éstos prenden una mecha que sería el comienzo de un incendio que destruiría la ciudad. Fue este joven chico que al no encontrar agua cerca se le ocurrió la idea de apagar la mecha con su orina salvando la ciudad.

Otra de ellas se cuenta como al hijo de Godofredo de Lorena le cuelgan de una rama de un árbol durante la batalla de Ransbeek. En plena batalla, el niño se levantó de la cuna y comenzó a orinar contra el árbol. Hay incluso historias que cuentan que fue por aquella vista que dejó sorprendido al enemigo que terminaron por ganar la batalla.

Según otra historia, un chico tuvo un descuido y comenzó a hacer pipí en la puerta de una bruja que, al verle,  le lanzó un maleficio, convirtiéndole en estatua. Pero no sólo se trata de un niño gracioso, es un niño gracioso con un museo propio en la Gran Place (Museé de la Ville, situado en la Maison du Roi) con más de 800 trajes que prácticamente a diario, le cambian. La primera de ella, una túnica, fue regalada en 1698 por un gobernador.

 
 
 
Pero no es el único meón que podemos encontrar en Bruselas. Menos conocida es su «hermana», Jeanneke Pis. Aunque pueda parecer nueva, «la niña que mea» fue realizada en 1985 en caliza azul grisácea por Denis-Adrien Debouvrie. Como su «hermano» de bronce, está desnuda y haciendo pipí, pero ella está en cuclillas.
 

A medida que entras en el callejón no la ves, hasta que te das cuenta que está al fondo a la derecha tras una reja roja, lo que hace un poco más complicado apreciarla.

A ella no la visten pero tiene un fin benéfico. Si pides un deseo y tiras una moneda en el cuenco (en el de arriba, que os veo), el deseo se cumple. Además, lo recaudado en los intentos se destina a la investigación contra el cáncer.

Situada en el callejón Impasse de la Fidelité, en el cual se encuentra el famoso Delirium Café, el bar más famoso de Bruselas, el cual tiene en su carta más de 2.ooo tipos de cervezas de todos los países (ya indagaremos en ese tema más adelante).

En toda familia que se precie no puede faltar el mejor amigo del hombre: el perro que mea (Zinneke Pis), un perro callejero realizado en 1998. De las tres estatuas es la más alejada del centro y en la mayoría de los sitios ni siquiera lo mencionan, por lo que la mayoría de los turistas no saben de su existencia. Está situado en una esquina, entre las calles rue des Chartreux y rue du vieux-Marché-aux-grains.

Las tres estatuas están muy cerca situadas unas de otras, así que podréis verlas todas en un momento, una buena opción puede ser acabar en la niña y tomaros la primera cerveza internacional en Delirium.
 
 
 

Maria del Castillo Puig

9 comentarios en «El Manneken Pis y su «familia»»

  1. Lo del perro me ha dejado sorprendidísima! Qué cosas se le ocurren a la gente! Mira que he estado en Bruselas, pero nunca lo había visto. Hay alguna historia de por qué lo construyeron?

  2. Hola María!!! Estuve en Bruselas y vi al Manneken Pis, pero no tenía ni idea de todas las leyendas que le envolvían. Me encantan las leyendas e historietas de este estilo y me ha gustado mucho el post. Espero volver pronto porque no olvido los gofres 😉 Saludos

  3. Cuando visité en Bruselas en 1992 no existían más meones que el Manneken Pis. Me ha sorprendido ver cómo ha crecido la «familia meona». Un motivo más para ir a visitar Bruselas, la ciudad de los «meones», y rematar con una buena cata de cervezas belgas…. que seguro provocarán una pronta visita a los baños, emulando a la familia ya citada.

  4. Fíjate que he estado en Bruselas y sólo vi el Manneken Pis, ahora me toca volver para ver a toda la familia!!! Me lo apunto para hacer una ruta cuando tenga la oportunidad de volver a Bruselas. 🙂

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