La historia de la bella Susona

El barrio de Santa Cruz de Sevilla es uno de los barrio más conocidos de la capital sevillana. Destaca por sus estrechas calles, sus patios llenos de flores y el aroma a azahar cuando llega la primavera. Además de albergar monumentos tan importantes como la Catedral y la Giralda, entre otros, en el barrio tuvieron lugar historias de lo más curiosas, como la de la bella Susona, la cual tuvo lugar en Sevilla en el Siglo XV. Susona es el apodo de Susana Ben Susón,  una judía de Sevilla conocida popularmente por su belleza, apodada por aquel entonces como “la fermosa fembra» , era hija de Diego Susón, un judío.

En torno a 1480 los judíos que vivían en Sevilla, Carmona y Utrera tramaban una conspiración para desestabilizar el Estado y hacerse con el control de la ciudad. Uno de sus cabecillas era el padre de Susona. Se reunían todas las noches en casa de Diego Susón para trazar sus planes.

Susona era pareja de un joven cristiano y una noche esperando a que su padre se durmiera para salir a encontrarse con su amante, oyó la conversación. Preocupada porque pudieran matar a su amante, esa noche le contó todo el plan de su padre para que pudiera ponerse a salvo. El cristiano acudió al asistente mayor de la ciudad de Sevilla, Diego de Merlo, para informarle de lo que le había contado Susona. Diego de Merlo acudió con tropas a una de las reuniones y arrestó a todos los judíos, que fueron condenados a muerte, incluido el padre de Susona.

Susona sufrió un gran sentimiento de culpa por haber traicionado a su padre y se recluyó en un convento. Dejó escrito que cuando muriera, colgaran su cabeza en la puerta de su casa  del Barrio Santa Cruz de Sevilla, para recordar a la gente su traición. Sin embargo, la cabeza se pudrió y fue sustituida por un candil. Posteriormente, se cambió el candil por un azulejo donde se muestra en la actualidad su calavera.  Esa calle se llamó calle de la muerte hasta el Siglo XIX, que pasó a llamarse con el nombre actual, Calle Susona.